La navaja de Ockham

El principio de la navaja de Ockham indica que las explicaciones nunca deben multiplicar las causas sin necesidad. Cuando existen dos o más planteamientos para un fenómeno, la explicación más simple tiende a ser la correcta.

Si nos encontramos con un árbol quemado podríamos pensar que un misil antiaéreo se desvió de su órbita y fue a parar al árbol del parque. Aunque posiblemente la explicación más simple y acertada es que le cayó un rayo.

Muchas veces he escuchado a personas quejarse por falta de suerte o por tenerla en su versión mala. Argumentos poco sólidos sobre el por qué uno no lleva la vida que desearía, no conduce el coche que le gustaría o no se ha casado con la mujer que ama.

En realidad todo es más simple, nosotros somos los verdaderos propietarios de nuestro destino. Si tienes el pensamiento que hay algo que deberías de haber tenido o hecho en el pasado y en este momento ya no funciona para ti, debes deshacerte de él. Lamentarte lo único que hace es inmovilizarte.

Lo que crea tu vida son tus pensamientos. Si piensas de forma negativa sobre ti y te pones etiquetas limitadoras, lo que haces es tenderle una trampa a tu futuro. Vivirás atrapado en el pasado y tu autoestima al nivel del suelo.

Si hay algo de ti mismo que no te gusta y te crea problemas, simplemente haz algo para cambiarlo. Todo depende de tu mente y tu capacidad de procesar las cosas. Las personas utilizan las etiquetas para justificar que su vida no está ordenada o que no es feliz.

¿Porqué no tengo el trabajo que deseo?

A)   Existe una fuerza cósmica que viaja por el universo buscando mala suerte y cuando la encuentra me la envía directamente a mí.

B)   No me formé lo suficiente y no hice lo que era necesario en el pasado para conseguirlo.  

Si se lo preguntáramos a Ockham nos diría que los hechos del presente son las consecuencia de lo que hemos hecho en el pasado. No hay enanitos ni duendes verdes fastidiándonos la vida. Tampoco bajó un OVNI para abducirte y hacer de tu existencia un sin fin de excusas y justificaciones para no avanzar. Si algo no te gusta o no te parece bien, sólo tienes que cambiarlo. El fracaso no existe, sólo hay resultados.

Haz una lista de todas las cosas que no te gustan de tu vida (análisis del estado presente). A continuación otra con las que te gustaría tener en el futuro (estado deseado). Después hazte esta pregunta:

¿Qué recursos necesito para cambiar del estado presente al deseado?

Convierte las necesidades en posibilidades.

¡Cuidado! Si me tocas lo sabré

¿Nunca has tenido una sensación inexplicable cuando otra persona te toca?

¿Te sientes extraño cuando alguien se acerca demasiado a ti?

Seguramente, alguna vez hayas querido expresar con una carícia un sentimiento. Entonces, ¿podemos expresar con el tacto? ¿Podemos recibir información emocional cuando nos tocan?

Como ya comenté en mi post ¿Nos comunicamos?, los estudios son concluyentes, en la comunicación entre dos personas lo menos importante va a ser lo que vamos a decir. El lenguaje corporal, los sentidos, los filtros y las interpretaciones van a determinar lo que vamos a sentir o pensar por otra persona. Toda emoción es energía, porque cada emoción es una respuesta del organismo para actuar frente a algo. Cuando se produce el proceso de emisión y captación de esa energía, es cuando dos personas se pueden comunicar sin necesidad de palabras ni comunicación gestual.

Cuanto más unidos nos sintamos emocionalmente a alguien, más cerca de el/la estaremos. Algunos estudios dicen que la zona íntima de una persona oscila entre 15 y 45 centímetros de distancia mínima con otra. Por este motivo tener a alguien demasiado cerca puede llegar a interpretarse como un signo de agresión. ¿Te has preguntado alguna vez por qué cuando entras en el metro buscas siempre el vagón con menos gente? ¿Por qué buscas el banco vacío para sentarte en un parque?

Al ser humano no le gusta que le invadan su zona íntima. La reservamos para los familiares o personas de confianza y sólo admitimos a quienes no supongan una amenaza para nosotros. Moverse en distancias cortas está sólo al alcance de grandes expertos, ya que los detalles de nuestro lenguaje corporal son mucho más visibles y obvios. Estamos al descubierto.

El contacto entre los seres vivos es importantísimo. Esta necesidad de tocar a otro se ve reflejada en la relación de una madre con su hijo. Cuando da el pecho a su bebe, la mujer segrega una hormona llamada oxitocina. Esta actúa en las glándulas mamarias causando la secreción de la leche hacia una cámara colectora donde el bebe podrá succionarla. Curiosamente esta misma hormona está relacionada con los patrones sexuales y se sabe que es adictiva. Se libera mediante el contacto con otra persona y también durante el orgasmo, por eso la llaman «la molécula del amor».

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La comunicación mejora y se potencia con la proximidad. Es cuando nuestros sentidos pueden actuar con más eficacia. La kinestesia o cinestesia es la capacidad de nuestro organismo de transmitir de manera continua las sensaciones de todos los puntos de nuestro cuerpo hacia el centro de nuestro sistema nervioso. Esta información viaja en los dos sentidos y nos ayuda a conocer datos tan importantes como el dolor estomacal, el equilibrio o el estado de nuestros músculos.

Pero, ¿podemos generar una energia concreta sobre un sentimiento y transmitirla a través del tacto? ¿Puedo demostrar a alguien que no me cae bien simplemente con estrecharle la mano? ¿Si le abrazo sabrá que estoy enamorado de ella?

En el arte de la seducción se habla de «kino» (abreviación de kinestesia) para definir el contacto entre un hombre y una mujer en sus primeros encuentros. Él busca que ella empiece a segregar oxitocina para poder establecer un vínculo emocional y así poder pasar a la siguiente fase. Gracias a esta hormona ella puede volverse adicta a sus carícas. Las mujeres tienen más desarrollado el sentido del tacto, por este motivo se acercan mucho más las unas a las otras, se miran y se tocan más que los hombres entre ellos.

Cuando una persona no me cae bien ni la quiero tener cerca. Si me da la mano en un encuentro laboral, sólo pienso en ese momento maravilloso en el que dejaré de tocarle. Me incomoda tenerle a menos de 45 centímetros, le responderé con frases cortas y mi lenguaje corporal solo expresa rechazo (evitar el contacto visual, dar la espalda, cruzarse de brazos, etc.). Por el contrario cuando siento aprecio por otro, sin darme cuenta, buscaré tocarle, darle la mano, abrazarle o darle un beso. A través del contacto queremos que nuestra pareja o un amigo sepan lo que sentimos.

¿Podemos mejorar nuestra capacidad para transmitir esta energía? ¿Se puede potenciar? ¿Podemos mejorar nuestra capacidad para percibir la de los demás?

Las claves próximamente en una nueva publicación. Mientras, si te ha gustado este post, puedes suscribirte para recibir el documento completo de forma exclusiva. Podrás encontrar la pestaña «¡Inscríbeme!» a la derecha en la parte superior de la página.

La mágia del misterio

             Muchas veces no sabemos distinguir entre misterio y miedo. Todo aquello que no controlamos nos asusta en lugar de crearnos expectación por lo que pueda llegar a ser o pasar. Sobre este temor se habla en dos buenos libros como ¿Quién se ha llevado mi queso? (Spencer Johnson, 1998) y Tus zonas erróneas (Wayne Dyer, 1976).

             Nos da miedo el cambio porque no sabemos lo que va a pasar. Nos sentimos mejor en situaciones seguras y que ya conocemos aunque estas, a menudo, no nos hagan felices. La seguridad la utilizamos para seguir encerrados en lo conocido y familiar. Si se siguen las mismas reglas de siempre creerás sentirte seguro, pero no experimentaras la vida en su plenitud. Debes probar cosas nuevas y nuevas experiencias. Tu vida va a ser más feliz en función del mayor número de cosas que tengas capacidad de hacer.

             Si analizamos la Pirámide de Maslow (jerarquía de las necesidades humanas) nos damos cuenta de lo importante de éste aspecto. En la cima podemos ver como Maslow colocó la autorealización. Son las necesidades más elevadas y, a través de su satisfacción, se encuentra un sentido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Por este motivo es tan importante buscar la experiencia, la creatividad, descubrir lo nuevo y vivir sin miedos y limitaciones.  Tener la capacidad de abrirte y probar cosas nuevas es una forma muy excitante de vivir tu vida. Einstein dijo que el misterio es lo más hermoso del mundo.

La Pirámide de Maslow

             Nos han educado según la idea del orden y de la seguridad, con la premisa que el cambio no es bueno. Por ejemplo, si tienes un trabajo debes mantenerlo aunque no te haga feliz. En las relaciones de pareja tenemos la tendencia de no romper cuando hay crisis por miedo a sentirse solo, y no gastas el dinero por tener la seguridad de tenerlo en el banco. Por todo esto cuando se nos presenta un cambio tenemos miedo y no nos arriesgamos. Relacionamos la seguridad con situaciones perfectas. El perfeccionismo nos crea parálisis y nos inmoviliza. Si crees que todo debe ser perfecto vas a vivir infeliz toda tu vida. Necesitas ir más allá de esa necesidad de perfección y vivir más cerca del carpe diem que de la meticulosidad.

             Abre tus perspectivas, haz tu vida más exquisita. Prueba cosas diferentes y experimenta sensaciones que no has sentido antes para descubrir lo maravilloso de la vida. Mientras esas nuevas prácticas no dañen tu salud ni la de los demás (ecología emocional) debes estar preparado para que cada día algo nuevo entre en tu vida. ¡Descúbrelo!

             La mayoría de las personas no aprovechan las oportunidades que la vida les ofrece. Sólo somos conscientes de ello cuando tenemos experiencias cercanas a la muerte o cuando nos damos cuenta que se ha perdido la oportunidad.

             Si no tomas la decisión de hacer un cambio nadie lo va a hacer por ti. La única manera de hacerlo es adentrarte en lo desconocido, ya que si te quedas en lo conocido todo seguirá igual. El miedo es sólo un pensamiento que reside en nuestro interior, no en la realidad física. Si siempre haces lo mismo, siempre obtendrás el mismo resultado. Recuerda que la realidad objetiva como concepto no existe, sólo existe la manera en que tú procesas tu realidad. Así que crea y configura una realidad donde seas capaz de afrontar todas las situaciones y experiencias de la vida sin miedo. Y para hacerla más intensa y divertida, persigue el misterio y juega con él. ¡Es la mágia del misterio!

El entrenador de baloncesto: La metodología (1a parte)

La metodología trata de encontrar una propuesta válida para optimizar el aprendizaje y que se convierta en una herramienta para gestionar el entrenamiento integral con eficacia. La metodología engloba todo lo que vamos a enseñar y sobretodo, como lo vamos a llevar a cabo. Una serie de factores que, juntamente con las teorías del entrenamiento, influyen de manera directa en la adquisición de las habilidades.  No sólo es importante conocer los elementos que afectan al aprendizaje, sino que hay que conocer la manera de desarrollarlos.

Conocer la metodología de los fundamentos del baloncesto es esencial para el entrenador. Convertirnos en estudiosos del baloncesto, en verdaderos entendidos en la materia ya que, no es necesario ser el mejor entrenador cuando puedes ser el más listo. Entre nuestras cualidades no sólo tenemos que conocer toda la teoría, también debemos ser capaces de realizar nosotros cada movimiento con una ejecución correcta y clara. Cada explicación debe ir acompañada de un ejemplo visual para que el jugador pueda tener una referencia a la hora de ejecutar un gesto técnico determinado. Sobretodo en los jóvenes que empiezan a jugar, ellos necesitan un patrón a seguir para cada ejercicio.

En lo referente al baloncesto y el jugador, los modelos de ejecución y actuación están mediatizados por las acciones del juego y las características fisiológicas. Por lo tanto, sus patrones no son estructuras fijas e inamovibles, sino patrones modelo que se adaptan continuamente para la obtención del mejor rendimiento.

Tres aspectos resultan importantes en las acciones del jugador de baloncesto:

Naturalmente es muy importante conocer la metodología que hace referencia directa a los aspectos puramente del baloncesto y en especial del jugador. Pero en este apartado quiero dedicarme solamente al entrenador y a su método de trabajo. Así que no haremos un análisis de las características de este deporte, sino una visión particular de lo que es ser entrenador. Esta parte científica se refiere a los métodos de investigación que se siguen para alcanzar una serie de objetivos; en este caso, el foco de estudio es el baloncesto. En este análisis no va a ser tan importante el contenido de lo que hacemos en nuestra planificación, sesión o partido sino la manera de trabajarlo.

En nuestros métodos de actuación debemos conseguir tres objetivos claves:

  • Informar: Proporcionar el modelo óptimo de referencia al jugador. Sin la información correcta de un fundamento o concepto, el jugador no podrá realizarlo correctamente y perderemos autoridad comunicativa. Este necesita saber exactamente lo que el entrenador pide en un ejercicio, en su rendimiento o cualquier aspecto determinante. Debemos fomentar la comunicación, en todas sus vías y canales en su momento indicado, para fortalecer así la relación personal y poder remar todos hacia el mismo lado.

 “La verdadera elocuencia consiste en no decir más de lo que es preciso”.

François de la Rochefoucauld (1613-1680) Escritor francés.

  •  Motivar: Cuando explicamos un ejercicio tenemos que incluir claves para captar la atracción del jugador. De la misma manera que cuando hacemos una corrección o informamos sobre algún aspecto no es tan importante lo que decimos como la manera en que lo hacemos. Lo entrenadores no deben ser solamente expertos en el baloncesto, también deben ser buenos comunicadores. Un jugador desmotivado nunca va a alcanzar su máximo nivel de aprendizaje, y no vamos a formarlo de manera integral. Siempre debemos confiar, incluso en los casos más adversos, que motivando al equipo conseguiremos una buena dinámica.

 “Las actitudes son más importantes que las aptitudes”.

Winston Churchill (1874-1965) Político británico.

  •  Reforzar: Es importante manifestar al jugador los avances realizados, ya sea en las correcciones, en la manera en que destacamos su mejora o en entrevistas personales fuera de la sesión. Cuando el jugador está informado sobre lo que debe hacer, se siente motivado y ejecuta bien una acción debe saber que está en el buen camino. De la misma manera debemos ser intransigentes con el jugador que no está en dinámica positiva, y, con nuestros recursos de entrenador, reconducirlo por el bien del grupo.

 “La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan”.

Simón Bolívar (1783-1830) Militar y político de origen venezolano.

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¿Por qué los mentirosos no miran a los ojos?

        

          Hace unas semanas un amigo y yo entramos en un debate muy interesante cuando le hice la siguiente pregunta:

Si pudieras elegir un súper poder, ¿cuál escogerías?

       Lo curioso fue que su respuesta fue igual a la mía, los dos elegiríamos el poder de saber lo que piensan los demás.
Leer la mente del prójimo es uno de los deseos más extendidos en la raza humana, pero no es algo tan utópico ni exclusivo de los héroes del cine y la literatura. Sólo hay que saber leer y descifrar los mensajes que el cuerpo de otro nos está mostrando.

          El cerebro controla toda nuestra actividad física y mental. Por eso muchas veces acompañamos una idea con un gesto concreto. Si nos duele la barriga llevamos nuestra mano al estómago o si nos preguntan donde está una calle, siempre acompañamos la explicación indicando la dirección con el dedo índice. Esto sucede porque el cerebro conecta nuestra mente con el cuerpo, de tal manera que hay gestos o movimientos inconscientes que nos delatan.

          Pero los gestos no son suficientes, para saber si alguien miente debemos saber qué está pensando. Aquí entra un aspecto muy importante: el movimiento ocular. El ser humano mueve los ojos en direcciones diferentes de forma sistemática en función de cómo esté pensando en ese momento. Los estudios neurológicos afirman que el movimiento del ojo lateral y vertical está conectado con la activación de una parte concreta del cerebro.
          Es una pista de cómo alguien accede a una información visual, auditiva o sensitiva. Mirar a un lado o a otro significa que la persona accede a una información de una forma concreta (en función de si es diestro o zurdo las pautas se invierten). Por eso, lo que importa es el proceso del pensamiento, no las respuestas.
En el siguiente gráfico podemos ver los movimientos oculares de una persona diestra:
 

          Siempre que una persona mira hacia su derecha está imaginando, por lo tanto hay un alto porcentaje de posibilidades que esté mintiendo. En cambio, si mira hacia la izquierda estará recordando una imagen, sonido o sentimiento que si experimentó.
          Con estas pistas podremos acercarnos un poco más al poder de leer la mente. Aunque no hay que tomar esta señal de forma aislada, debemos entender todo el contexto de la situación para conocer el pensamiento real de la persona. Es como una palabra en una oración, si no lees toda la frase no sabrás el verdadero significado que tiene.

Si quieres atrapar a un mentiroso empieza por mirarle a los ojos.

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¡Quiero cambiar! Pero, ¿por dónde empiezo?

Muchas veces nos sentimos tristes, agobiados, desubicados o perdidos. Esta sensación a veces podemos justificarla claramente: un despido, una pelea, una decepción amorosa, problemas económicos, etc. Pero no siempre es así, a menudo nos encontramos que hemos pospuesto tanto un cambio necesario que cuando queremos hacerlo ya no sabemos por dónde empezar. Robert Dilts construyó un modelo estructurado para ser el mapa que nos guíe en un cambio personal o aprendizaje en busca del equilibrio emocional. El campo unificado es un marco donde podemos identificar en que zona debemos intervenir para poder llegar al estado deseado.

 

Niveles neurológicos del campo unificado de aprendizaje y cambios:

  1. Espiritual: Es el nivel más profundo donde se construyen los cimientos de nuestra existencia. Un índice espiritual lleno de cuestiones metafísicas como: ¿Cuál es nuestra misión en la vida? ¿Por qué estamos en el mundo?
  2. Identidad: Representa la misión que tenemos en la vida. La forman todos los valores y objetivos que forman nuestra personalidad.
  3. Convicciones: Es todo aquello que pensamos que es verdad. Son las reglas que usamos en nuestra acción diaria. Estas convicciones pueden ser permisivas o limitativas.
  4. Capacidad: Es el grupo o conjunto de comportamientos, habilidades generales y estrategias que empleamos en la vida.
  5. Comportamiento: Son las acciones especificas que realizamos cada día.
  6. Entorno: Es todo lo que nos rodea: nuestra ciudad, los amigos, la familia y todas aquellas personas que al entrar en contacto con nosotros nos generan una reacción.

Pero lo realmente interesante de todo esto es cuando lo llevamos al caso práctico, pongamos un ejemplo. Un jugador de baloncesto puede tener un mal partido (comportamiento) y procesarlo como una experiencia negativa. Al siguiente partido vuelve a estar desafortunado y la afición (entorno) empieza a silbarle. Esto le crea dudas sobre sus posibilidades de ayudar al equipo (capacidad) y entra en un bucle de desconfianza que le hace jugar cada vez peor. Al poco tiempo piensa que ya no tiene el talento suficiente para poder jugar en su equipo (convicciones), así que le pide al presidente que lo libere del contrato o lo traspase ya que no disfruta jugando al baloncesto (identidad). El cambio no llega y termina la temporada. Entonces se pregunta (espiritual): ¿realmente quiero hacer esto? ¿Me siento jugador de baloncesto?

El jugador se siente solo, sin ilusión por empezar una nueva temporada en el equipo ni en cualquier otro, así que convoca una rueda de prensa donde comunica a los medios que se retira como jugador en activo.  

Este es un claro ejemplo de cómo un problema puede crecer hasta el nivel más alto si no lo solucionamos en su momento. Cómo vamos a procesar todas las experiencias que vivimos cada día va a ser la clave para que no tengamos dudas sobre capacidades, comportamientos o convicciones. 

La solución hubiera pasado por no caer en una convicción limitativa. Un mal partido no me define como jugador ni mucho menos como persona. Tener claro que un talento o capacidad no depende de un caso aislado, es un proceso de aprendizaje de muchos años de entrenamiento. Así que si tengo una mala actuación – comportamiento debo trabajar más en mis habilidades – capacidades para estar más preparado para el siguiente partido. Si se mantiene el foco en estos niveles jamás ascenderá el problema a una crisis de convicciones como jugador. La forma en que te percibes a ti mismo es lo que determina todo. Como procesas todo aquello que te sucede.  

Cuántas veces hemos escuchado el caso del amigo de un amigo que se fue al extranjero (entorno) para poder salir del mundo de la droga. Lo curioso en estos casos es que muchas veces al volver esta persona vuelve a caer en las drogas. Según Dilts el problema estaría en las convicciones y no en el entorno. Si cambio de ciudad – entorno pero no cambio la convicción de que las drogas no me ayudan, jamás solucionaré el problema.

Un cambio en un nivel superior siempre tendrá efecto en los niveles inferiores. Así que si se desea cambiar el comportamiento hay que trabajar en las creencias o las capacidades.  Por el contrario, es difícil hacer un cambio en el nivel de la identidad sin tener el apoyo de las creencias o las capacidades. Encontrar el equilibrio de cada uno de los niveles es el objetivo y la llave para acceder a la felicidad o almenos acercarnos a ella.

1. Robert Dilts (www.nlpu.com/NewDesign/NLPU.html)

¿Nos comunicamos?

Hace poco leí en un libro que es imposible no comunicar. Hoy en día existen múltiples vías, medios y canales para expresarnos con los demás, y podemos hacerlo en persona, por carta, por teléfono, por redes sociales, etc. Jamás hemos tenido tantas posibilidades para dar a conocer nuestros pensamientos y sentimientos. Pero, ¿realmente nos comunicamos?

En 1967 Mehrabian y Ferris (1) realizaron un estudio sobre la comunicación humana. Las investigaciones demostraron que en una presentación ante un grupo de personas el 55% del impacto viene determinado por el lenguaje corporal (postura, gestos y contacto visual), el 38% por el tono de voz y sólo el 7% por el contenido de la presentación.

Entonces, no es tanto lo que digamos sino cómo lo digamos lo que marca la diferencia. En una conversación vamos a reaccionar más por nuestros pensamientos y sentimientos propios que no por lo que nos está diciendo la otra persona. Esto me parece muy interesante, sobretodo en el marco actual de comunicación social que utiliza las redes para expresar pensamientos continuamente. Pero, cuando me escribo con un amigo vía facebook o sms ¿me estoy comunicando al 7%?

Cuando escribo en este blog sólo aparecen letras que juntas forman palabras, estas frases y de las oraciones ustedes pueden leer un contenido específico. Aunque, ¿dónde está el tono? ¿Y mi expresión corporal?  Por este motivo no todos van a entender lo mismo ni voy a provocar las mismas reacciones en cada persona que lo lea por falta información.

Recuerdo un día una conversación entre dos chicos de 16 años que uno le decía al otro: “luego hablamos por facebook y te lo cuento todo”. Posiblemente esa noche ellos dos hablaron al 7% de calidad comunicativa y si les hubiéramos preguntado al día siguiente, a los dos por separado, nos sorprenderíamos al comprobar que cada uno entendió algo diferente del otro. No nos contarían exactamente la misma historia, por eso se deduce que el significado de la comunicación es la respuesta que usted obtiene, no el mensaje inicial.

La paradoja está servida. Los avances en tecnología nos multiplican las opciones para comunicarnos con los demás, pero cada vez que las utilizamos nos comunicamos menos o peor.

No pretendo hacer una crítica a los móviles ni a las redes sociales, simplemente hago una reflexión. La próxima vez que os sentéis con alguien a hablar fijaros en sus labios, como mueve sus manos, hacia donde mira, si sonríe, cómo pronuncia cada palabra y en cuál pone énfasis.  Observar atentamente cada detalle que creáis importante y analizarlo, crear una sintonía con él y podréis experimentar el placer de una comunicación al 100% de calidad.  Os puedo asegurar que es fantástico.

 

(1) Albert Mehrabian and Susan R. Ferris, 1967, «Inference of attitudes from nonverbal communication in two channels,» Journal of Consulting Psychology 31:248-252.